Películas B

Las producciones más geniales del séptimo arte

29.4.14

El Charro de las Calaveras (1965)

Publicado por Marcel |

El Charro de las Calaveras representó el debut como director de Alfredo Salazar, un nombre de gran relevancia dentro del cine mexicano de bajo presupuesto, siendo sus aportes más destacados como guionista. Ocupando ese rol contribuyó, por ejemplo, con obras como la trilogía de la momia azteca o la recientemente reseñada en este blog Santo en El tesoro de Drácula. En esta oportunidad también es suyo el guión, por lo que debemos considerarlo a él como el mayor responsable del resultado del producto.


Lamentablemente no encontré información sobre la historia detrás de esta película, ya que me habría gustado saber si se trata de una fallida serie de televisión que en la actualidad ha sido reeditada como película y distribuida en un DVD con una calidad de imagen bastante buena. Mi sospecha surge a raíz de que los casi 90 minutos de duración están divididos claramente en tres historias en las cuales el Charro debe enfrentarse a clásicos del terror como lo son el hombre lobo, el vampiro y el jinete sin cabeza.

En un recóndito lugar del México rural la población vive atemorizada por las muertes que ha venido cometiendo una criatura que solo ataca durante la luna llena y que ha sido bautizada como el "lobo humano". En ese mismo pueblo vive nuestro protagonista, el Charro de las Calaveras (Dagoberto Rodríguez), un misterioso enmascarado al estilo del Zorro que luego de que unos bandidos asesinaran a sus padres juró combatir el mal y decidió usar un antifaz porque él "representa a la justicia y la justicia no tiene cara". En medio de la amenaza simpatiza inmediatamente con el pequeño Perico (Gabriel Agrasánchez) y acepta su petición para quedarse a pasar la noche en compañía de su madre (Alicia Caro), su padrastro y el cuidador Cleofas (Pascual García Peña).


En un no tan inesperado giro en los acontecimientos pronto descubrimos que el lobo humano es nada más y nada menos que Luis Salvatierra (David Silva), padrastro de Perico. Al Charro tampoco le toma mucho más tiempo averiguarlo después de que una extraña mujer con aspecto de bruja y loca lo llevara al cementerio para que un muerto saliera de su tumba y le dijera "El actual lobo humano que asola esta región es don Luis Salvatierra".


Que todos lo sepamos no impide que el lobo humano acabe con la vida de la mamá de Perico, quedándose este totalmente desamparado por la coincidente desaparición de su padrastro. El Charro decide adoptarlo y se produce un último enfrentamiento entre él y la bestia. Fin.


¿Fin? ¡Pero si apenas va media hora de película! Ya va, ahora hay un vampiro en pantalla y acaba de matar a un inerme campesino. Ha dado inicio una segunda historia y vemos al trío sobreviviente de la primera yendo a caballo al pueblo de San Andrés, en donde están ocurriendo cosas muy extrañas. Pero ya va, no estamos viendo exactamente al trío sobreviviente, Perico ha sido reemplazado por otro niño y a Alfredo Salazar no se le ocurrió mejor cosa que un diálogo forzado entre el Charro y Cleofas:

- Ojalá estuviera Perico aquí.
- Ya sabes que se quedó en la escuela.


Así como cuando hace un par de años reseñamos Caperucita y Pulgarcito contra los monstruos, hoy toca hablar de otra película que combina géneros tan dispares que se dificulta juzgarla. Podría decirse que La nave de los monstruos toma como punto de partida la típica película de ciencia ficción que durante la década anterior había sido popularizada en Estados Unidos para agregarle toques de comedia y musical cortesía de Eulalio González, así como ciertos elementos de western por el lugar donde se desarrolla la historia y hasta vampiros, por algo que descubrirán más adelante.


El planeta Venus atraviesa una gran crisis, como consecuencia del "mal atómico" todos los hombres del planeta han perecido y eso por razones obvias amenaza la continuidad de la especie. Por ello le encomiendan una importantísima misión a Gamma (Ana Bertha Lepe), comandante en jefe de la fuerza interplanetaria, quien en compañía de Beta (Lorena Velázquez), nacida en el planeta Ur pero adoptada como venusina, deberá recorrer la galaxia y secuestrar distintos ejemplares masculinos con el fin de llevarlos a Venus y aparearse con ellos.


La captura de estos especímenes no la presenciamos en pantalla, pero en el viaje de regreso en la nave se hallan Tagual, príncipe de Marte; Uk, rey del planeta de fuego (cualquiera que ese sea); Utirr, gran sacerdote del planeta rojo (imagino que se trata de uno distinto a Marte); y Zok, proveniente de un planeta cuyos habitantes se vieron reducidos a esqueletos por culpa de la radiación atómica.


Todos los monstruos dispuestos en el mismo orden que fueron nombrados en el párrafo anterior.

20.4.14

Fist of Jesus (2012)

Publicado por Marcel |

Fist of Jesus es un cortometraje español que me hicieron llegar la Semana Santa pasada pero a pesar de lo mucho que lo disfruté, por un motivo u otro pasaron las semanas sin que lo reseñara y al final me pareció mejor esperar a la siguiente para hacerlo durante una fecha especial. Se trata de un corto de 15 minutos realizado por Adrián Cardona y David Muñoz junto a un grupo de amigos a los que un presupuesto de apenas mil euros no les fue impedimento para presentar un producto diferente, entretenido y cargado de gore.


Jesús de Nazareth (Marc Velasco) se encuentra predicando ante un grupo de seguidores pero es interrumpido por Jacobo (Salvador Llós), padre de Lázaro (Roger Sotera), para entre lágrimas comunicarle que su hijo ha muerto.


Jesús le pide que tenga fe y le recuerda que él es la resurrección y la vida. Que todo aquel que crea en él, aunque haya muerto, vivirá. Confiado en sus súper poderes le asegura a Jacobo y a sus seguidores que están a punto de presenciar un milagro.


¡Y qué milagro! Tal vez porque llevaba un día entero muerto o quizás porque era la primera vez que Jesús intentaba este truco, pero el resultado no es precisamente el deseado y Lázaro regresa a la vida convertido en zombie, trayendo consigo el apocalipsis.

Hoy nuevamente nos toca hablar de una película mexicana y el honor le corresponde a una película del gran Santo, a quién no teníamos en este blog desde hace cuatro años cuando reseñamos Santo vs. El Estrangulador. Al igual que en aquella oportunidad dirige nuevamente René Cardona, un nombre que se está haciendo habitual acá luego que el mes pasado reseñáramos Vacaciones de terror, dirigida por su nieto.


Los seguidores de Santo bien saben que este aguerrido enmascarado no conocía límites y se desempeñaba exitosamente en todo tipo de roles. Santo en El tesoro de Drácula nos lo presenta como un físico nuclear que anuncia una atrevida teoría según la cual sería posible viajar en el tiempo descomponiendo en partículas el cuerpo del sujeto. Sus colegas no dudan ni un instante en ridiculizarlo, pero su amada Luisa (Noelia Noel), hija de su colega el doctor César Sepúlveda (Carlos Agostí), se ofrece como voluntaria para el experimento y así darle a Santo la evidencia que necesita. En cierto modo este punto de partida me recuerda a la regresión que Eduardo Almada (Ramón Gay) le hizo a su prometida en La momia azteca una década antes.


Esta máquina creada por el propio Santo transporta a Luisa a una época que pareciera situarse a finales del siglo XIX y en donde ella es hija de un tal profesor Soler (Jorge Mondragón), quien ha llamado a su viejo amigo el profesor Van Roth (Fernando Mendoza) con el fin de que examine a su hija por el terrible malestar que la aqueja. Un malestar que empezó en la mañana que despertó con dos curiosas marcas en el cuello.


En ese lugar hay un misterioso conde que pareciera estar obsesionado con Luisa, el nombre de este noble extranjero es Alucard (Aldo Monti). ¿Entendieron? ¿No? No importa, el profesor Van Roth se los explicará con la ayuda de un espejo:

Drácula siempre tan astuto.

El profesor Van Roth es todo un experto en estos temas vampíricos y gracias a un sabueso da con la cripta del conde Drácula, para luego clavar una estaca en su pecho y así impedir que pueda causar más daño. En el ataúd contiguo Van Roth y Soler descubren a Luisa, pero justo antes de que los cazavampiros repitan en ella el mismo procedimiento, Santo consigue llevarla de vuelta a 1969. Quizás se estén preguntando cómo sabía Santo que la vida de Luisa corría peligro. Pues la explicación es muy sencilla, esta tecnología es tan avanzada que incluye un monitor a través del cual se puede ver el pasado incluso si la persona que viajó no se encuentra en escena. Maravilloso.

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